16 de julio de 2012

Capítulo 13


CAPÍTULO 13
Punks
Traducido por Shintzu
Corrección por Jess


Camino por las calles de la ciudad. Ha pasado mucho tiempo desde desde la ultima vez que estuve en un lugar tan concurrido y ruidoso. Echaba de menos la vida en la ciudad cuando estaba viviendo en Paskinston. Recordé sólo las cosas buenas: el cine, las piscinas, los parques, la escuela.
Me olvidé del tráfico, de los edificios altísimos que cortan la luz solar, del aislamiento.
Siempre estuve con mamá o papá cuando vivía en la ciudad, o con un profesor o una niñera.
Pero un día, en un viaje escolar a un museo, me perdí. Pasó una hora antes de que me encontraran. Ahora recuerdo lo que sentía, el miedo, como creía que estaría perdido para siempre. Estaba seguro que tendría que dormir en un banco del parque o debajo de un puente como una persona sin hogar. Fue aterrador.


Esto es más aterrador. Por lo menos en ese entonces yo sabía en que ciudad me encontraba, pero ahora podría estar en cualquier lugar. Ninguno de los nombres de las calles o edificios me es familiar. Pienso en preguntarle a un adulto donde estoy, pero no quiero exponerme. Si me acerco a un extraño y se enteran de que estoy perdido, que ni siquiera sé en qué ciudad estoy, me llevarán a la policía. A una parte de mí le encantaría (la policía se encargaría de llevarme a casa) pero no puedo seguir ese camino. Si la policía me detiene, no voy a ser libre para buscar a Art.
No he renunciado a mi hermano. Puede que las luces no funcionen del mismo modo que en ese otro universo, pero todavía puedo verlas. Debe haber una manera en la que pueda activar los parches de luz. Sólo tengo que averiguar cuál es.
Mientras estoy dándole vueltas al problema, sigo caminando. Escucho con atención a la gente hablando. La mayoría hablan el mismo idioma que yo, pero los acentos no me resultan familiares. Deseo una vez más poder preguntar dónde estoy, pero no es posible.
Tengo más hambre a cada paso. Hay agua en los bebederos, pero nada que comer. Paso por un puesto de venta de hot dogs y pretzels. Rebusco en los bolsillos, pero no tengo nada de dinero. Considero tratar de robar un pretzel, pero si me atrapan podría significar un gran problema.
Mi estómago está gruñendo, las lágrimas me hacen cosquillas en las esquinas de los ojos, sigo caminando.

Mi reloj está funcionando de nuevo. He estado aquí al menos dos horas, vagando sin rumbo. El sol comienza a ponerse. Pronto llegará la noche. ¿Dónde voy a dormir?
Es hora de sentarse y pensar. Encuentro un banco en un pequeño parque. Estoy temblando. Aunque no esta especialmente frío, sólo estoy usando una camiseta, nada más de abrigo. No hay mucha gente en el parque. Una mujer que pasa me mira de cerca. Creo que se detendrá y me preguntará si estoy bien. No estoy seguro de qué decir si lo hace. Nunca fui un buen mentiroso. Pero luego sigue su camino, decidiendo que no soy su problema.
Trato de pensar en mis problemas de forma sencilla, para así poder considerarlos de uno en uno. Mi principal prioridad es volver al universo Demonata. Pero eso tendrá que esperar. Tengo otras prioridades. ¿Dónde estoy? ¿Dónde voy a dormir esta noche? ¿Cómo voy a encontrar comida?
Pienso en cada uno a la vez. Ubicación: No puedo preguntarle a los que pasan caminando, pero debe haber alternativas. Una biblioteca, tal vez, excepto que no sé dónde encontrar una. Pero ahora que me puse a pensar con calma, veo que hay otras formas. Puedo mirar la guía en una cabina telefónica. O ir a un puesto de diarios y leer los títulos de los periódicos locales.
Casi se me escapa una pequeña sonrisa cuando me doy cuenta de lo sencillo que es. Eso me da confianza y me enfrento a los otros problemas de forma más positiva. Puedo revolver los contenedores de basura para alimentarme. No es muy agradable, pero al menos no moriré de hambre.
Encontrar un lugar para dormir es más difícil. ¿Ocultarme en una biblioteca o un museo? ¿O tal vez en una tienda que venda muebles? Me mantengo en las sombras mientras que están cerrando, luego salgo cuando este desierto, y dormire en un sofá o una cama.
No es un mal plan, con la excepción de que todas las tiendas ya han cerrado. Puede ser que sea capaz de hacerlo mañana, pero no va a funcionar ahora. Tal vez tenga que dormir al aire libre, sobre una rejilla de la calle o en un banco del parque.
Recojo periódicos para utilizarlos como mantas. Espero no ser descubierto por un policía. Buscar un lugar mejor por la mañana.
Mientras estoy pensando en ello, alcanzo a ver una luz intermitente por el rabillo de mi ojo izquierdo. Mi cabeza gira con impetu hacia ella. Esta no es la primera vez que ha pasado. He estado reaccionando a todas las luces parpadeantes en las tiendas o en las esquinas, mis esperanzas van en aumento de pensar por un segundo que pueda ser uno de los parches mágicos.
Me quiero fruncir el ceño a mí mismo, sintiéndome estúpido por caer en el mismo truco por enésima vez. Me dispongo a mirar hacia otro lado, diciéndome a mí mismo que debo comportarme con más sensatez la próxima vez, cuando algo me llama la atención: no hay ninguna tienda ni es desde la esquina de donde proviene el flash.
Miro a la izquierda de nuevo, pero poco a poco, sin crearme falsas esperanzas. Es probable que sea alguien en una bicicleta, o un pájaro con una tira de papel en el pico, o ...
Pero no lo es. Es un parche de luz amarilla triangular, a la deriva a través del parque, flotando.Estoy de pie de inmediato, con mis pensamientos sobre el alimento y refugio olvidados, corriendo tras la luz. Llego a ella como un bebé en busca de su muñeco, y luego me detengo. No tiene sentido interferir, ya que no hay otros parches pulsantes con los que unirla. Es mejor seguirlo, ver a dónde conduce y desear que la suerte este conmigo.

*****

La luz pasa a través de los barrotes en la parte trasera del parque. Trepo por encima, casi quedando como una brochete humano, destrozándome la parte trasera de mi camiseta. Empiezo a seguirlo a través de la carretera detrás del parque, pero el conductor de un coche que se acerca hace sonar su bocina, advirtiéndome. Espero con impaciencia que pase, y me doy prisa detras del rectángulo luminoso. Por suerte, no se está moviendo muy rápido, así que logro alcanzarlo.
Camino al lado del parche hasta que pasa a través de la pared de un edificio. Me quedo mirando la pared por un momento, perdido, y luego miro hacia atrás,definiendo mentalmente la trayectoria de la luz. Ha llegado como una línea inclinada desde el parque. Si continúa en esa dirección, debera salir de nuevo en algún punto a mi derecha en el otro lado del edificio.
Corro alrededor de la construcción hacia la parte posterior. Avanzo hasta el punto donde creo que la luz aparecerá, aprieto los puños, a la espera, contando los segundos en el interior de mi cabeza. Cinco ... ocho ... diez ... quince ... veintiuno ...
La luz vuelve a aparecer a la cuenta de veintitrés, más a mi derecha de lo que había calculado. Corro hasta alcanzarla, y camino con ella hasta la pared de otro edificio, inmediatamente después voy hacia la parte trasera, y la espero nuevamente.
Eventualmente pierdo la luz en la zona de los depósitos. No hay manera de que llegue a la parte trasera antes de la luz vuelva a surgir. Pero eso no es una preocupación. Porque he visto otras luces, flotando en el aire desde distintas direcciones, todas dirigiéndose hacia el mismo lugar varios cientos de metros por delante de mí. No puedo ver donde se encuentran debido a los edificios, pero tengo una buena idea de dónde están, así que camino a través de las calles. No hay necesidad de preocuparse más por las luces, sólo por el punto de intersección.
Diez minutos más tarde, giro en una esquina y veo un puñado de luces que penetran en las paredes y el techo de un edificio grande en el centro de una fila de restaurantes, tavernas y tiendas. Hay gente en frente del edificio, a la espera de entrar.  A medida que estoy más cerca veo que la mayoría son adolescentes vestidos con chaquetas de cuero, jeans rotos, y medias de red. Muchos tienen el pelo en punta teñido y cadenas colgando de sus orejas, narices y labios. Se ven bastante aterradores. No tanto como los demonios, pero asustan bastante para ser humanos.
Oigo música que viene desde el interior del edificio y me doy cuenta de que es un concierto. Es una música dura, fea, fuerte y desagradable, muy rápida. Me zumban los oídos, incluso desde tan lejos. Me detengo cerca de la multitud. Hay un par de hombres en la puerta principal, vestidos de manera diferente. Ellos son los que están a cargo, tomando el dinero de las personas que quieren ver el concierto, dejándolos entrar de a unos pocos a la vez. A medida que observo, los hombres rechazan a una chica y tres chicos. Una fila se forma. He oído a la chica gritando que es mayor de dieciocho años. Uno de los porteros se ríe y le dice que muestre un documento de identidad o se vaya.
Esto no va a ser fácil. Si a ellos los mandaron a casa, sin duda no dejarán pasar a alguien como yo. Voy a tener que mentir, decir que mi padre, (o tal vez un hermano mayor sería mejor) está ahí. Probablemente no funcione, pero tengo que darle una oportunidad.
Escucho a los adolescentes hablar sobre el concierto, y recopilo tanta información como puedo. Ellos lo llaman un concierto punk. Hay varias bandas en el programa.  Nombres como The Clamps, Thunderballs, The Damnable. Cuando estoy listo, camino con valentía al frente de la línea y sonrío a los porteros. 
—Disculpen—, les digo educadamente.  — ¿Es aquí donde The Clamps está tocando?
Uno entrecierra los ojos mirandome. El otro gruñe, —Sí. Pero solo para mayores de dieciocho.
—Lo sé—, respondo.—Pero mi hermano está ahí. Tengo que encontrarlo. Papá y mamá han salido por la noche. Se suponía que debía dejar la llave de la puerta de atrás para mí, pero debe de haberla traido con él. No puedo entrar sin ella. ¿Puedo entrar y recuperarla? Me iré de inmediato. —
Los hombres se miran entre sí, entonces uno de ellos dice: —¿Cuál es su nombre?
Estoy a punto de decir Art, pero ese no es un nombre común. Así que le digo —John— en su lugar.
—John, ¿qué?— preguntan.
Una vez más, Fleck no es común, por lo que contesto el primer nombre que viene a mí.  —Smith.
—John Smith—. Réen entre ellos.
—Hay que admirar su coraje—, dice uno de ellos.
—Sí, pero no lo suficiente como para dejarlo pasar—, el otro se ríe, y luego me señala con el pulgar.  —Buen intento. Ahora vete.
—Usted no entiende,— digo entrecortadamente.  —No puedo entrar sin la llave.Tengo que...—
—Puedo buscarlo si realmente existe,— el primer portero interrumpe. —Pero si voy allí y llamo a un John Smith y no existe o los que aparecen no son tu hermano, estaré muy enojado. Así que piénsalo detenidamente, y luego contéstame, ¿debería llamarlo?
—No tienes que hacerlo. Puedo entrar a buscarlo. Es un poco ... él es un poco sordo. No oirá si lo llaman. Tengo que ir yo mismo, a buscarlo ... —
El portero da un paso adelante, se agacha y maldiciendo me dice que me retire. Luego vuelve a su puesto y hace señas a los siguientes punks en la fila.
Lo arruiné. Derrotado, me escabullo ignorando los abucheos de los punks, y busco un lugar tranquilo donde pensar mi siguiente jugada.

Más luces están flotando dentro del edificio, más rápido ahora. Podría esperar hasta que el concierto haya terminado, y luego entrar, pero yo no creo que tenga mucho tiempo. Así que busco otra entrada, pensando que debe haber una puerta contra incendios en la parte trasera.
Un callejón estrecho, sucio, corro detrás de las tiendas y tavernas. Hay bolsas de basura por todas partes, cajas vacías de cartón, botellas y latas, sangre seca, vómito y mierda de perro. Transíto a través de la confusión, tratando de encontrar el edificio donde el concierto tiene lugar. El ruido me guía y un minuto más tarde, estoy de pie frente a un par de grandes puertas, que vibran debido a la música.
Trato de abrir las puertas, pero están cerradas desde el otro lado. Empujo y tiro, pateo y golpeo, sin ningún efecto. Busco ventanas por las que colarme, pero sólo hay un par y las dos están tapiadas.
Vuelvo a las puertas. No pueden permanecer cerradas toda la noche. La gente tendrá que salir eventualmente. Estoy seguro de que estarán abiertas al final del concierto, pero para entonces podría ser demasiado tarde, las luces podrían haber desaparecido. Sólo tengo que esperar que alguien salga antes en busca de aire fresco o por sentirse enfermo.
Hay unos contenedores de basura a la derecha de las puertas. Me agacho detrás de ellos y espero, pensando en colarme en el caso de que pueda ingresar. No es un gran plan, pero a falta de algo mejor, es mi única esperanza.

Diez minutos pasan. Quince. Veinte. Treinta. Estoy verdaderamente helado ahora.No creo que el sol haya brillado alguna vez directamente en este agujero horrible del callejón. Mi nariz está goteando. Me limpio con la palma de mi mano, pero eso no sirve de mucho.
Las luces se mueven muy rápidamente, en mayor número, pasando a través de las paredes y el techo. Creo que una ventana se va a abrir pronto. Tal vez haya una bruja como la señora Egin en el interior, o tal vez la música está convocando a los demonios (este es el tipo de ritmo que me imagino que los Demonata deben adorar. Tal vez algunos de ellos vengan a ver el concierto.
Sonrío mientras imagino a Cadáver y el demonio con cabeza de buitre deslizandose a través de una ventana entre los dos universos para bailar con los punks. Mientras estoy sonriendo, las puertas se abren y dos hombres salen al callejón, una ola de música metálica irrumpiendo junto con ellos. Estoy alerta de inmediato, rezando para que giren a la izquierda para que pueda entrar sin ser visto.
Pero se quedan donde están, mirando a su alrededor. Uno de ellos es un punk, con pantalones vaqueros, una chaqueta de cuero, sin camiseta, un pañuelo negro y delgado anudado al cuello, el pelo de punta color morado, y un anillo en la nariz. Escuálido. No es mucho mayor que yo. El otro lleva un uniforme del ejército, con botas y una boina. Un poco más viejo que el punk y mucho más voluminoso. Tiene letras tatuadas en los nudillos, pero no los puedo leer desde aquí.
—Esta será nuestra ruta de escape, si tenemos que correr,— el hombre en la ropa del ejército, dice, dejando la puerta a medio cerrar, apagando la mayor parte del ruido. —Nos separaremos si nos persiguen.Tu iras a la izquierda. Y yo a la derecha. Nos reuniremos de nuevo en el hotel.
— ¿Podremos escapar?— el punk pregunta.
—Depende de lo que sea. Algunos son lentos, algunos rápidos. Si no podemos evitar que cruce, vamos a tratar de luchar, pero si es demasiado fuerte, vamos a tener que correr como el infierno.
—No me gusta correr—, dice el punk.
—A mí tampoco—, el otro contesta —, pero a veces es la única opción. Estos demonios son madres feróces. Podemos lidiar con algunos de ellos, pero otros...
A la mención de los demonios, un estremecimiento de alivio se agita a través de mí. Apurado, salgo desde detrás de los cubos de basura. El hombre del ejército da un paso atrás, protegiendose con los puños. El punk extiende una mano para calmarlo. 
—Relájete.Es sólo un niño.
El chico de la ropa del ejército frunce el ceño.
— ¿Qué estás haciendo aquí, chico? ¿tratas de colarte en el concierto sin pagar? No va a funcionar. Desaparece, tú bueno para nada...
—Disculpa—, le interrumpo, —pero tú... esto puede parecer una locura... pero les he oído hablar acerca de los demonios y yo...
— ¡No haz oído nada! —grita. —Ahora lárgate, rápido, antes de que yo...
—Espera un minuto—, dice el punk, entornando los ojos azul claro hacia mí. Él asiente con la cabeza para que yo continúe.
—Bueno... como he dicho... Les he oído hablar y... así... ¿ustedes chicos son... por casualidad ...? Quiero decir... ¿son discípulos?
La pareja me miran sin decir nada. Entonces el tipo del ejército mira a su alrededor, coge un trozo de metal, permite que las puertas se cierren casi en su totalidad, colocando el metal entre ellas para mantenerla entre abierta. El punk esta a un par de pasos detrás de él.
—¿Quién eres tú?— gruñe.
—Mi nombre es Kernel Fleck.  Yo estaba con Beranabus. Quiero volver con él. Yo. .. ¿Saben a quién me refiero? ¿Son...?
El par intercambia miradas silenciosas. Empiezo a pensar me equivoqué, que escuche mal, o tal vez que Los Demonios es simplemente otra banda. Pero entonces uno de los chicos se encoge de hombros y el punk alza la mano. 
—Sí—, dice mientras nos damos la mano. —Somos discípulos. Este es Shark. Y mi nombre es Dervish. Dervish Grady. Pero no me pidas que gire como un modelo—, dice en tono de advertencia. Y sonríe

4 comentarios:

  1. waaaaa!!!!, me encanto, gracias por traducirlo, espere mucho tiempo,sigan asi

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  2. Genial!!!! Muchas gracias!!!!
    SALUDOS!

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  3. Oh el sensual Dervish aparece *o*

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